Diana de Gales fue y será nuestro eterno referente. La imagen, la voz y la labor de la Princesa del pueblo puede encontrarse desde los campos de la inclusión, hasta los grandes momentos de la moda del siglo pasado.
Hablar de Diana es hablar de una época en la historia, en la que estos personajes tan mediáticos, ausentes del poder y la inmediatez de las redes sociales, lograron imponer su punto de vista y generar conversaciones por todo el mundo a través de sus apuestas en la moda.
Diana, desde el primer día que la lente de las cámaras se posó sobre ella, sus estilismos fueron analizados con lupa. Una falda que fue calificada de demasiado transparente fue su primer acercamiento bajo la mirada crítica de la moda, después vendría su flamante vestido de novia que, hasta la fecha, es objetivo de estudio a detalle. Le seguirían sus looks de maternidad, mismos que siguen inspirando, incluso a su actual nuera, Kate Middleton, a imitar los estampados y cortes con los que Diana de Gales dio la bienvenida a su etapa de madre.
© Getty Images. Diana de Gales llevó un vestido de Catherine Walker en su tour Far East.
Previo a su divorcio del príncipe Carlos de Inglaterra, y mostrar una secuencia de looks atrevidos que coronaban su libertad y el espíritu de la Diana más real de la historia –de lo que escribiremos en otra nota– su vida como embajadora de la casa real británica también dio frutos en los campos de la moda, algunos de los cuales llegaron a alimentar al segmento de las novias. Un viaje a Hong Kong, China, en 1989, fue la excusa para que Diana de Gales perpetuara su nombre en la lista de las mujeres mejor vestidas y más inspiradoras con un vestido de gala que, sin duda, es el vestido ideal de novia. Analicemos el porqué.
El motivo de la cita era la apertura del Centro Cultural de Hong Kong, una pausa en su agenda del tour Far East. La pieza que portó Lady Diana era bautizada como el Elvis Dress por la diseñadora Catherine Walker, y qué persona más ideal para llevar un vestido bautizado en honor al rey del rock and roll que la reina de la moda, Diana de Gales, y de ella a las novias más audaces que van del escenario al altar.
© Getty Images. El vestido está compuesto por dos piezas, un vestido largo y saco corto de cuello corte imperial.
El Elvis Dress consiste en un vestido largo en corte strapless, salpicado de lentejuelas a juego con el tono marfil de la tela y miles de perlas que cubren todo el cuerpo, saturándose a la altura del escote. Si eres de las novias que buscan un vestido clásico con un giro couture, esta es una opción perfecta que puede adaptarse a una boda de día o de noche. El corte sirena, además de ser favorecedor para todas las siluetas por su ajuste a nivel de la cintura y las caderas, permite agregar detalles tan osados como el del vestido de Diana que tiene una apertura del lado derecho a nivel del muslo y hasta el fondo, un toque de sensualidad que dará un giro inesperado a tu vestido de novias.
Continuemos por la segunda parte de este vestido, sí, aún hay más. Se trata de un saco corto con cuello imperio y mangas francesas, que es un deleite de construcción sartorial. Al igual que el vestido, este se encuentra rematado de detalles en lentejuelas y perlas, que se condensan al nivel de los ribetes del cuello y las mangas; un trabajo artesanal que es de admirarse. La inclusión de una segunda prenda al vestido, lo hace una opción para las novias que buscan alejarse de la idea del vestido tradicional y agregarle un toque inesperado, como lo es este saco-joya, que difícilmente, como lo hacía Diana de Gales, dejará a tus invitados en la indiferencia.
© Getty Images. El conjunto simplemente es espectacular, una opción perfecta como vestido de novia.
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