Un nuevo estudio descubre cómo consiguen los pájaros sincronizar sus cantos, y lo hacen, literalmente, desconectado el cerebro de sus compañeros de coro
Los investigadores sugieren que se trata del mismo mecanismo que nos permite a los humanos sincronizarnos, por ejemplo, cuando hablamos a través de plataformas online.
Las aves que vemos todos los días son capaces de hacer cosas de lo más sorprendentes. Una de las que más nos impresiona, y que incluso es beneficioso para nuestra salud, es su canto. En algunas especies se ha demostrado que son capaces de sincronizar sus cantos entre distintos individuos. Algo que ha fascinado a los neurobiólogos desde hace años. Un nuevo estudio publicado en PNAS va aún más allá sobre el efecto del canto en el cerebro de otros pájaros.
Un equipo de neurobiólogos de Ecuador, ha analizado al cucarachero coliliso (Pheugopedius euophrys) monitorizando su actividad cerebral mientras canta. El resultado sorprendió incluso a los investigadores. Cuando forma un dueto, su música, inhibe partes del cerebro del compañero.
El cucarachero coliliso es el pájaro en el que se ha basado el estudio
Melissa Coleman, la autora del estudia explica: “Los pájaros cantores tienen una fuerte estructurara musical planeada antes del canto, pero tienen que coordinarse rápidamente recibiendo impulso constante de sus compañeros. Esperábamos encontrar un grupo de neuronas altamente especializadas en la coordinación por turnos, en vez de eso vimos que al escucharse los unos a los otros estas neuronas se apagan. Esa es la clave para estar increíblemente sincronizados”.
Eric Fortune, coautor del estudio lo expresa de esta manera, “Lo que estos pajaritos nos han enseñado es que, para una colaboración realmente buena, los participantes tienen que convertirse en ‘uno’ a través de conexiones sensoriales”.
APAGAR EL CEREBRO DE SUS COMPAÑEROS AYUDA A LA SINCRONIZACIÓN
Durante las grabaciones que han estudiado, los pájaros se turnaban para cantar frases de llamada y respuestas muy unidas, que sonaban como si las emitiese una sola ave. Las neuronas se quedaban adormecidas cuando escuchaban el canto y se encendían rápidamente en el momento que tenían que responder a su compañero.
El cerebro humano tiene patrones parecidos al de las aves y compartimos mecanismos similares con respecto a la socialización y coordinación verbal. El estudio ofrece una nueva perspectiva sobre cómo los cerebros de animales que cooperan, por ejemplo, los humanos, usan señales sensoriales para trabajar sincronizaos, como la música o la danza.
Los autores señalan que esta sensación de “apagar las neuronas” la podemos experimentar durante las video conferencias. “Esta desconexión la notamos últimamente cuando tenemos conferencias online y la conexión no es espacialmente buena. El retraso que se produce afecta a los sensores cerebrales que utilizamos para coordinar nuestra conversación, al igual que hacen estos pájaros” concluye Coleman.