Por primera vez, un estudio muestra la influencia de la Luna en los hombres, especialmente durante el sueño, y es mayor que en las mujeres
La Luna ha perdido gran parte de sus superpoderes. Ya nadie cree que nos transforme en hombres lobo, ni que su influjo altere el amor o la cordura. Los lunáticos apenas piensan ya en la Luna. Sin embargo, el satélite principal de nuestras noches sigue siendo objeto de estudio para tratar de determinar si afecta a nuestro comportamiento, y el principal foco de estudio en estos momentos tiene que ver con el sueño. ¿Tiene algo que ver la Luna en la epidemia de insomnio que asola occidente?
Lo llamativo de un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad de Uppsala (Suecia), es que por primera vez han encontrado una mayor influencia de la Luna en hombres que en mujeres.
Durante el período de luna creciente, la cantidad de superficie lunar iluminada como se ve desde la Tierra aumenta, y el momento en que la luna cruza el meridiano de una ubicación cambia gradualmente en las últimas horas de la noche.
Por el contrario, durante el período de luna menguante, la superficie iluminada disminuye, también gradualmente.
UNA NOCHE DE SUEÑO A LA LUZ DE LA LUNA
«Utilizamos registros de sueño de 492 mujeres y 360 hombres. Descubrimos que los hombres cuyo sueño se registró durante las noches en el período de luna creciente del ciclo lunar mostraron una menor eficiencia del sueño y un mayor tiempo de vigilia”, explica Christian Benedict, profesor asociado de Departamento de Neurociencia de la Universidad de Uppsala y autor del estudio.
Por el contrario, el sueño de las mujeres no se vio afectado en gran medida por el ciclo lunar. “Nuestro estudio tuvo en cuenta problemas crónicos del sueño y la gravedad de la apnea obstructiva del sueño «, añade Christian Benedict.
Una de las explicaciones por las que las fases de la luna pueden afectar el sueño es la luz solar reflejada en las horas en que la gente suele acostarse.
Además, un estudio reciente sugiere que el cerebro masculino puede responder más a la luz ambiental que el de las mujeres.
«Nuestro estudio, por supuesto, no puede desentrañar si la asociación del sueño con el ciclo lunar fue causal o simplemente correlativa», concluye Christian Benedict.