En el cielo se pueden ver muchos objetos astronómicos como estrellas, planetas o meteoros; artefactos artificiales como aviones, satélites, globos sonda y fenómenos atmosféricos como parhelios. Para el observador experimentado es todo un espectáculo, pero un observador novato puede confundir lo que es perfectamente explicable con lo paranormal. Este es el origen racional de los supuestos avistamientos de OVNIs:
¿POR QUÉ SE VEN TANTOS OVNIS AL ATARDECER?
Algo tan simple como el planeta Venus es uno de los objetos más confundidos con OVNIs. Es visible estos días a simple vista, justo al anochecer junto a Júpiter, y aparece al final del día como el astro más brillante del cielo, solo superado por la Luna. Su brillo sorprende y el planeta se encuentra cerca del horizonte, donde la refracción producida por la atmósfera hace que parezca dar destellos de colores.
Venus en conjunción con la Luna. Crédito: Borja Tosar
Además, a su llamativo color y brillo hay que sumar un efecto óptico: un punto brillante sobre un fondo oscuro sin más referencias parece moverse; algo que hay que tener en cuenta para no confundir el planeta con un objeto que está en movimiento.
BÓLIDOS: LAS ESTRELLAS FUGACES MÁS ESPECTACULARES
Observando el cielo nocturno un par de horas, no es difícil ver cómo de pronto una luz aparece y cruza la bóveda celeste a gran velocidad. Es lo que conocemos como una estrella fugaz, cuyo origen está en el material que encuentra la Tierra en su movimiento alrededor del Sol. La mayoría son granos de polvo de cometa de menos de 1 milímetro que acaban como estrellas fugaces, pero de vez en cuando un pequeño meteoroide de unos pocos centímetros —o incluso metros— entra en la atmósfera, provocando una enorme bola que durante un breve tiempo puede brillar más que la Luna: a este tipo de estrellas fugaces los astrónomos las llaman bólidos.
Solo es cuestión de encadenar unas pocas noches de observación para toparse con un bólido. Se pueden aumentar las posibilidades concentrando la observación durante una lluvia de estrellas fugaces. Durante este mes tenemos una de las más importantes del año, las Gemínidas, con su máximo en la noche del 14 de diciembre, aunque una semana antes y después también se notará un gran aumento en la actividad meteórica. Así que no hay que obsesionarse con la noche del máximo: si las nubes lo permiten, diciembre es un mes excelente para salir a observar estos “objetos volantes perfectamente identificados”.
NAVES ESPACIALES, PERO DE ESTE PLANETA
Alrededor de la Tierra hay una gran red de satélites artificiales, que se pueden ver poco después del anochecer o poco antes del amanecer. Los más llamativos son los de la red Iridium, durante un flash muy rápido, llegan a ser los puntos más brillantes del cielo —más que Venus, incluso. Y ese fugaz resplandor tiende a desconcertar a los observadores del cielo poco experimentados.
También llaman mucho la atención los pases de la Estación Espacial Internacional. Son menos brillantes, pero duran varios minutos: durante ese tiempo se ve un punto brillante recorriendo el firmamento. Otros eventos singulares como el lanzamiento de cadenas de minisatélites, como el caso StarLink, son aún más espectaculares; tanto, que han provocado las quejas de algunos astrónomos.
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Al contrario que las estrellas fugaces, todos estos fogonazos en el cielo se pueden predecir con exactitud, a través de webs como Heavens Above. Como pueden conocerse de antemano el momento y la posición de esos destellos, son uno de los fenómenos más disfrutados por los astrónomos aficionados.
Pero no solo todos estos satélites en órbita son buenos candidatos a parecer un OVNI, a veces los lanzamientos de misiones espaciales o la basura espacial son también naves humanas que pueden causar la impresión de un fenómeno paranormal o de un origen alienígena.
OVNIS CON LUCES REGLAMENTARIAS
Cuando la descripción del OVNI incluyen luces rojas, verdes y blancas, la explicación más sencilla es que se trate de un avión. En otros casos, la luz de aterrizaje y despegue —visible por la noche a muchos kilómetros de distancia—, puede confundirse con un punto de luz extraño, que aparece y desaparece dependiendo de las maniobras del avión. También al anochecer o amanecer, los aviones en ruta pueden reflejar la luz del sol, generando una curiosa luz que se mueve; si añadimos la estela que dejan los motores, este fenómeno es fácilmente confundible con algo extraño, aunque en realidad todo es perfectamente explicable.
ESPEJISMOS, NUBES Y GLOBOS DE COLORES
Algunos fenómenos ópticos atmosféricos sorprendentes pueden ser también confundidos y catalogados como OVNIs. Los más espectaculares y raros son los espejismos, debidos a la diferencia de temperatura entre diferentes capas de aire, pueden mostrar objetos flotando sobre el horizonte y cosas muy extrañas.
Algo más frecuentes son los parhelios, en los que se ven tres soles en el cielo, o los halos como un círculo de luz alrededor de la Luna. La naturaleza de estos casos es perfectamente conocida y están dentro de la categoría de fenómenos de reflexión y refracción de la luz en la atmósfera: son el mismo tipo de efectos que generan los arcoiris.
Nube lenticular. Crédito: Mcasariego
A veces también es posible ver algún tipo de nube extraña, como las nubes lenticulares que se forman cerca de las cumbres de montañas y tienen forma de “platillo volante”. Y cosas tan curiosas como una suelta de globos en un cumpleaños o el aterrizaje de unos paracaidistas de noche pueden llegar a ser considerados OVNIs.
SIN PRUEBAS CIENTÍFICAS DE LOS PLATILLOS VOLANTES
Desde que nació el mito del platillo volante, con el primer presunto avistamiento en 1947, no hay más pruebas de los OVNIs que fotos borrosas y testimonios personales. Ninguna puede acreditarse como prueba científica. Ni siquiera los videos de la Marina de los EEUU aportados como prueba del fenómeno en 2017 pasan el análisis escéptico, que encuentra una explicación evidente en un globo sonda meteorológico y un avión.
Además, paradójicamente, en la década en la que más cámaras hay en todo el mundo, apenas han surgido nuevas fotos de candidatos a OVNIs entre los aficionados; y los colectivos de expertos que más observan el cielo (astrónomos y meteorólogos) tampoco han dado la alarma de avistamientos inexplicables. Nada parece indicar que haya algo misterioso ahí fuera. Lo que sí sabemos es en el cielo podemos observar gran cantidad de vistosos fenómenos, entre los que podemos encontrar algunos de los más sobrecogedores de la naturaleza.